viernes, 27 de abril de 2012

Un rap contra el racismo. (El Chojin, Locus y Nerviozzo de Dúo Kie, Gitano Antón y El Langui de Excepción, Nach, Lírico, Kase O y Sho-Hai de Violadores del Verso, Xhelazz, Titó y El Santo de Falsalarma, Zatu de SFDK y Ose)


Un rap contra la intolerancia del gobierno 

Organizadora de una iniciativa muy interesante.
http://www.movimientocontralaintolerancia.com/
Tratar de sacar cabeza en medio de esta crisis exclusivamente a base de recortes y derechos sociales, ignorando el factor de la necesidad de crecimiento económico, es un error admitido por casi todas las escuelas de economía con cierto prestigio. Pero si además viene acompañado de una actitud racista, xenófoba y excluyente el error es de pecado mortal.

Un grito de dignidad
El gobierno no esconde sus bazas en este sentido. Ataca donde la sociedad es más débil. Por recordar algunas de las medidas que golpean a los sectores más desfavorecidos comenzaría por la paralización de las ayudas a la dependencia. Es conocida la posición ideológica del mundo conservador al respecto: sálvese quien pueda. Quien pueda pagarlo, claro. El resto merece la indigencia y las penurias por falta de previsión. Otra de las posiciones netamente liberales de una moralidad impecable. La desaparición de las ayudas a la natalidad, aunque esta la llevase a cabo el otro partido conservador que todavía mantiene sin rubor la “S” de socialista entre sus siglas, tampoco se queda manca. Qué decir de los estudiantes de familias no pudientes. Los recortes en todas las etapas educativas están siendo brutales, con el objetivo de transformar de manera rápida la que hoy es la mejor enseñanza del país en una especie de centros asistenciales donde amontonar a los alumnos. Por no hablar del nivel universitario. Aquí el asunto tiene tintes dramáticos, pues las Universidades privadas, sin reputación formativa,  tradicionalmente habían sido donde las familias de posibles compraban el título al zoquete del niño. Se barrunta un panorama maquiavélico: la elitización económica del aceso a la Universidad pública. Si hasta ahora la selección se hacía en base a la capacidad y el rendimiento del alumno, ahora lo será por criterios económicos. Subidas que pueden rondar el cincuenta por ciento del precio actual serán inasumibles para quienes, a ojos conservadores, nunca debieron llegar a los estudios superiores. Un ejemplo de igualdad de oportunidades asombroso. Pero lo que me trae hoy aquí son otra serie de medidas que se ceban, en concreto con la población inmigrante.


El cumplimiento riguroso y con exceso de celo de una, ya restrictiva, ley de extranjería, está dificultando la vida del colectivo de manera brutal. Los reagrupamientos familiares han pasado a la historia remota del país. La población inmigrante acudió a la llamada del mercado laboral nacional en los años de bonanza económica. No sólo fueron esenciales en el crecimiento, sino que vinieron cargados de ilusiones, de sueños por comenzar una vida digna y de ganas de partirse el lomo para salir adelante. Trabajaron y cotizaron lo suyo. Es importante matizar, frente a la falsa creencia de que generaban más gastos que lo que ingresaba n las arcas del Estado con sus cotizaciones, que el sector inmigrante jamás “consumió” tantos recursos públicos como el valor de sus aportaciones. Es lógico, ya que la población que llegaba solía ser joven, con edades que generan poco gasto sanitario, educativo y asistencial. La economía se hunde y el gobierno pone el punto de mira en ellos. Son los socialmente indefensos, los menos rentables electoralmente, invisibles para los medios de comunicación e incómodos para la doctrina nacionalcatólica. Se les relaciona con los índices de delincuencia allanando el terreno para que la sociedad acepte el golpe mirando a otro lado. Ya no se renuevan permisos de residencia provocando que población con largo arraigo entre nosotros tenga las maletas preparadas para ser obligados a salir en cualquier momento. Pero por otro lado, se reducen hasta la miseria las ayudas en cooperación internacional. El tercer mundo caerá hasta el cuarto sin paracaídas a la vez que enviamos de vuelta a quienes ya están aquí. El panorama no mejora si nos referimos a las subvenciones a las ONG que trabajan en el exterior. España está exhibiendo ante el mundo menos desarrollado una posición cobarde, egoísta y contradictoria con su pasado más reciente.  Pero la gota que colma el vaso ha sido la última idea de algún iluminado que desconoce nuestra vinculación con la Declaración de los Derechos Humanos de la ONU de 1948. Será quizá porque en esa fecha estaban muy ocupados en tareas de represión política.

Mejor tomárselo con humor
El último balazo ha sido la cuestión sanitaria. No basta con imponer el copago sanitario (aunque le llamen eufemísticamente farmacéutico),  responsabilizando así  a los enfermos de la crisis económica y generando unos ingresos inmensos al sector privado. Había que llegar más allá. Se arrebata a los inmigrantes no regularizados de la asistencia médica en igualdad con el resto. Desaparece para ellos la tarjeta sanitaria y para España la universalidad de la sanidad, que hasta ahora era envidiada por naciones más ricas e injustas. Sólo se les atenderá para cuestiones de urgencia, pero sin acceso a tratamientos, consultas, vacunaciones, etc… Un ejemplo del humanismo cristiano del que hacen gala.

Hay para quienes no se plantean recortes...
Por mi parte solo me queda la denuncia y utilizar este foro como panel propagandístico de una iniciativa colosal. La organización Movimiento Contra la Intolerancia ha desarrollado un programa educativo dirigido a nuestros jóvenes, para ser desarrollado en las aulas y más allá de ellas. El argumento central de la propuesta es un rap donde se unen las principales voces del panorama nacional. Gente como El Chojin, Locus y Nerviozzo de Dúo Kie, Gitano Antón y El Langui de La Excepción,Nach, Lírico, Kase O y Sho-Hai de Violadores del Verso, Xhelazz, Titó y El Santo de Falsalarma, Zatu de SFDK y Ose, nos lanzan un grito antirracista en un lenguaje que conecta con el de nuestros jóvenes. La pena es que nuestro ilustre Ministro de Educación, Cultura y Deporte liquide la asignatura Educación para la Ciudadanía, donde se podría desarrollar el proyecto en plenitud. Los intereses de la Iglesia son órdenes indiscutibles para el Ejecutivo. La asignatura muere. Las partidas antiguamente dedicadas al desarrollo y cooperación internacional desaparecen al  mismo ritmo con que se afianza el presupuesto destinado a mantener el boato católico. En estas circunstancias se ve más próximo el regreso del crucifijo sobre las pizarras que la enseñanza de los valores constitucionales. Mientras se extinguen por completo todavía quedan iniciativas como esta. Dejo que expliquen el proyecto sus creadores:

Web del proyecto:
http://www.rapcontraelracismo.es/
“La campaña “Rap contra el Racismo” es una campaña de sensibilización escolar y juvenil para combatir este peligroso problema. Su eje es una canción y un videoclip que cuenta con la colaboración desinteresada de varios de los artistas más granados de la escena del rap en nuestro país, Un himno necesario que ha conseguido unir por primera vez a las espadas más importantes del rap español (El Chojin, Locus y Nerviozzo de Dúo Kie, Gitano Antón y El Langui de Excepción, Nach, Lírico, Kase O y Sho-Hai de Violadores del Verso, Xhelazz, Titó y El Santo de Falsalarma, Zatu de SFDK y Ose).
Esta campaña promovida desde la ONG Movimiento contra la Intolerancia busca un gran impacto en un público estudiantil y está convencida del bien social cívico que va a suponer frente a lacra del racismo y xenofobia que tanto daño genera, con el movimiento Hip Hop en general, y con el Rap en concreto, como vehículos principales de expresión y lucha. Se realiza con el lenguaje de los jóvenes para llegar a los jóvenes. Su propuesta es el compromiso contra el racismo, a quienes dice: Haz algo y si rapeas contra el racismo, mejor!”

Sin más enlazo el video en cuestión. Crítico, mundano, cargado de valores, de nivel artístico descomunal y algo que hoy hace mucha falta en nuestro panorama, divertido.

Video musical:
http://www.rapcontraelracismo.es/?page_id=597

Rap contra el racismo (letra)
EL CHOJIN

El subidón de estar aquí todos unidos, se pierde un poco cuando piensas en el motivo.
Todos distintos con su rollo y con su estilo, pero es Hip Hop y hay que dejarlo bien clarito:

LIRICO (Violadores del Verso)

¿Tú te has parao a hablar alguna vez contigo mismo? la vida puede ser de otro color si se hablar de racismo.
No vengo a dar un discurso de derechos humanos, ni vengo a contaros una de romanos.
Es la lucidez frente a la estupidez que existe, yo me pregunto dónde empieza y dónde acaba el chiste o el desplante al vendedor ambulante que es otro currante con familia y un futuro por delante.

EL SANTO (Falsalarma)

Cada uno es único en su especie, no hay motivo ni razón para que se desprecie.
Es el temor a la igualdad ignorar lo diferente, pues, nos separa una absurda clase social permanente.
Máximo odio por la mínima razón, no hay color, no hay comparación tan sólo otro episodio donde el más intolerante fascismo no se cura leyendo y el racismo viajando tampoco.

LANGUI (La Excepcion)

Por muchas canciones que hagamos, por mucho que nos manifestemos, por muchas víctimas que sufran o caigan a lo largo del terreno, no nos concienciamos y así nos va.
Y en artículo número uno escrito está, nacemos libres e iguales en derecho y dignidad.
A ver: ¿por que es tan difícil llevarlo a cabo fuera del papel?

Kase O (Violadores del Verso)

Alto – bajo, feo – guapo, negro – blanco ,¡qué más da!.
Dentro de cien años todos calvos bajo tierra, ¿va?
¿No has probado nunca conocer a un extranjero?, fíjate en los niños, ellos saben de qué va este juego.
Y es que la raza humana es un crisol, y el que no pueda ver belleza en esto no merece ver el Sol.
Paso el relevo al compañero para este mundo nuevo, el del triunfo del amor contra el miedo.

NACH

Cuando la bestia racista siente rabia y muerde, cuando la fobia se contagia y hierve acusándote de no ser igual…
Cuando en un mundo global buscar comida en otra tierra te convierte en ilegal…
Cuando la ley de extranjería te atrapa sin motivo y la hipocresía tapa sus ojos y sus oídos…racismo y marginación…
Cuando sólo ven la piel y se olvidan de mirar al corazón.

LOCUS (Duo Kie)

Nadie te pide que salves el mundo de su dolor, todos perdimos la fe en un futuro mejor.
Esta vida es tan cruel y tan canalla que lo entiendo: a veces ser honrado es como mear contra el viento.
Pero, no mires el color de mi piel si realmente lo que quieres es saber el color de mis billetes.
Terremotos, huracanes, guerras, hambre: el racismo está en los bolsillos del hombre.

OSE

Respira del todo esta brisa, ponte en la piel del otro a ver cuánto dura tu sonrisa.
Muestra respeto al desigual por sexo, ideología o cultura, para que afecto y sensibilidad rodeen la estructura.
Por que con intolerancia muestras déficit en cerebro y corazón.
Hoy comparto mi voz y mi amor contra la “sin –razón” y el dolor y la falta de inteligencia y comunicación.

NERVIOZZO (Duo Kie)

Tú no eres racista tío, eres imbécil, por culpa de unos padres ignorantes, eres dócil.
Hace ya muchos años que no existen los países, la frontera está en la piel de cada uno: todos nuestros nietos serán grises.
¿Cómo quieres que te recuerden?, ¿como aquel que decía que odiaba a negros pero se escondía por si muerden?
Cobarde sin actitud, si algún día te enfrentas a tus demonios verás que son blancos, como tú.

SHO-HAI (Violadores del Verso)

Por qué coño le miras con esa cara? si luego tú eres el primero en comprarle Dvd´s piratas.
Abogo por la amistad de las razas, difícil en este puto mundo intolerante de ratas.
Ningún ser humano puede ser ilegal, lo ilegal es que un ser humano no tenga dignidad.
Mi apoyo al negro, al chino, al árabe incluso al marciano.
Por mi parte bienvenido a mi tierra, hermano.

ZATU (SfdK)

Superando la treintena de edad, me escribí la de los niños, esta va por el papá que lanza insultos un domingo en el bar cuando el negro al que idolatra no consigue marcar.
El partido está perdido al entrar, el efecto secundario es que tu hijo sea un problema social.
El futuro es que tu hija exija dinero pal cine y se vaya con el hijo del que te vendía Clinex.

GITANO ANTON (La Excepcion)

Realidad difusa haciendo menesteres, ¿viste quién soy yo? , dime tú quien eres.
Cobrando en papeles, denegando los placeres de hombres y mujeres héroes de tal desafío.
De luchar por su amor propio para que sus hijos no crezcan vacíos.
Nueva generación con principios, dando una buena educación, sin prejuicios.

TITO (Falsalarma)

Cuando el dolor cubre el pecho, un corazón aguanta lo que le echen pero dependiendo de los hechos, lucho por algo mejor, por derecho, si las palabras se las lleva le viento, éstas no.
En tu océano, sí hay una razón y una causa que arrastra lágrimas hace siglos.
Sólo me fijo en la persona, auto júzgate antes de juzgar a cualquier otra.

XHELAZZ

No, no es tono de la piel lo que interesa, es el tono con el que te expresas.
Racistas se quejan, el extranjero les quita horas en la empresa: más horas les quita la consola y es japonesa.
Pon atención: luchar por la libertad es algo más que odiar al opresor.
Pido comprensión, pues el pan se parte con las manos pero se reparte con el corazón.

EL CHOJIN

Por un lado me apena que sea necesario esto, por otro me alegra oír a mis compañeros.
No se me ocurre un mensaje más tonto, ni más lógico, ni más obvio, ni más serio.
El problema viene cuando no ven el problema y el problema se queda cuando lo niegan.
Supongo que no hacía falta ni decirlo, les queda claro, ¿no?: el RAP ESTÁ CONTRA EL RACISMO.

jueves, 26 de abril de 2012

La rebeldía como deber y un cóctel de tutti frutti (Michel Foucault, Kropotkin y aquellos revolucionarios del XVIII)


La rebeldía como deber y un cóctel de tutti frutti 
(Michel Foucault, Kropotkin y aquellos revolucionarios del XVIII)

¿Acto destructivo o rebeldía como deber?
Vivimos tiempos en los que los gobernantes, especialmente los del viejo continente, castigan a las capas más desprotegidas de la sociedad en un ejercicio ejemplificador que tiene como objetivo final someter al conjunto de la sociedad con el instrumento del miedo. Por ello, las acciones punitivas se están llevando a cabo en plena plaza pública. Esto provocará una reacción en los ciudadanos. Tras la toma de conciencia llegará el compromiso, y con él la acción frente al enemigo. Será una acción violenta y dolorosa, pero no injusta ni ilegal. Responderá a criterios éticos y estéticos, y responderá en todo momento a los temores que los fundadores de las sociedades modernas ya intuyeron. Nos dejaron en sus cartas y declaraciones fundacionales la recomendación y la justificación de la rebeldía como derecho y deber de todo buen ciudadano.

Los ciudadanos más débiles están siendo castigados.
El suplicio como arma de afianzamiento
Para argumentar este discurso no hay nada como acudir a los clásicos. El posicionamiento de los gobernantes europeos ante la situación de crisis económica parece monolítico y unidireccional. Han responsabilizado al pueblo como culpable y proponen como única solución posible el desmantelamiento del Estado garante de los derechos ciudadanos y las libertades civiles. Hasta el momento, la única respuesta social que ha recibido esta medida ha sido la toma de conciencia y la protesta, que, como vemos, son reacciones que no preocupan en demasía a nuestros dirigentes. Nos hemos indignado, enrabietado y salido a la calle en defensa del Estado como elemento de cohesión social. Nos oponemos mayoritariamente a los recortes presupuestarios, que incapacitan a nuestras, ya longevas, instituciones para cumplir su cometido. Pero somos muchos los que intuimos que por este camino la partida está perdida frente a la verdad absoluta neoconservadora. Ante la falta de propuestas alternativas para conseguir frenar el rumbo que nos dirige a la ruina, he decidido buscar, entre viejas voces autorizadas, las ideas que me permitan abrir nuevos horizontes de actuación.

Regreso a una tradición muy española: Auto de fe de la Santa Inquisición
Ejercicio del poder en la plaza pública
Tres de esas referencias son las que he querido traer aquí. Están referidas a tres ámbitos muy distintos, y enunciadas en contextos históricos nada cercanos entre sí. Pero un hilo conductor las une de manera tan particular como útil en estos tiempos guerreros que nos esperan. La primera de ellas nos explica la actuación del poder del Estado contra sus ciudadanos fundadores. Y no se trata de un castigo caprichoso, sino que responde a una simbología muy determinada: el suplicio. Concepto que además de ejemplarizante y ritual que celebra la independencia del Estado de las manos de sus ciudadanos, puede utilizarse como el principal agente de terror social, un estado necesario para desmantelar la sociedad tal y como la conocíamos hasta ahora Una segunda línea nos presenta el concepto del compromiso activo del individuo, pero no sólo como una exigencia desde la ética, sino como obligación estética. Una síntesis del valor supremo del compromiso contra las injusticias y en favor de los más débiles y castigados miembros de la sociedad. Por último, si hemos partido del análisis de una ilegítima acción de los gobernantes, si hemos derivado de ella la necesidad de actuar con compromiso frente a ella, es de justicia recordar que el guión no es un asunto novedoso. Ya estaba previsto por los fundadores de la sociedad moderna que, como veremos nos otorgan a la ciudadanía, no solo el derecho sino, la obligación de derrocar a los poderosos, de rebelarse contra las acciones antisociales, de desmontar, si fuese necesario todo el orden que ha hecho posible esta aberración histórica y fundar uno más justo sobre sus cenizas.

Michel Foucault
La referencia relativa al suplicio ritual que utiliza el poder para autoafirmarse e insuflar terror la podemos ver desarrollada en este fragmento del filósofo francés Michel Foucault, que en su Vigilar y Castigar: Nacimiento de la Prisión, nos teoriza sobre la administración del poder del soberano.

“(...) El suplicio forma, además, parte de un ritual. Es un elemento en la liturgia punitiva, y que responde a dos exigencias. Con relación a la víctima, debe ser señalado: está destinado, ya sea por la cicatriz que deja en el cuerpo, ya por la resonancia que lo acompaña, a volver infame a aquel que es su víctima; el propio suplicio, si bien tiene por función la de "purgar" el delito, no reconcilia; traza en torno o, mejor dicho, sobre el cuerpo mismo del condenado unos signos que no deben borrarse; la memoria de los hombres, en todo caso, conservará el recuerdo de la exposición, de la picota, de la tortura y del sufrimiento debidamente comprobados. Y por parte de la justicia que lo impone, el suplicio debe ser resonante, y debe ser comprobado por todos, en cierto modo como su triunfo. El mismo exceso de las violencias infligidas es uno de los elementos de su gloria: el hecho de que el culpable gima y grite bajo los golpes, no es un accidente vergonzoso, es el ceremonial mismo de la justicia manifestándose en su fuerza.
(...) Lo que hasta entonces había mantenido esta práctica de los suplicios, no era una economía del ejemplo, en el sentido en que habría de entenderse en la época de los ideólogos (que la representación de la pena prevalezca sobre el interés del crimen), sino una política del terror: hacer sensible a todos, sobre el cuerpo del criminal, la presencia desenfrenada del soberano. El suplicio no restablecía la justicia; reactivaba el poder.”

El texto del de Poitiers nos describe con claridad la actuación actual de nuestra elite política. Pero sobre todo nos sugiere la finalidad de tales medidas punitivas. La sociedad sufre hoy un castigo ceremonial que se centra en el ataque a los más débiles. Ancianos, enfermos, alumnos problemáticos, inmigrantes indocumentados, hipotecados sin recursos…son asediados y agredidos públicamente por un Estado que nació para protegerles y que ahora se desvincula de ellos con soberbia. El terror de la iconografía desplegada busca generalizar el pánico y la parálisis en el conjunto.

Piotr Kropotkin
Frente a la reacción anestésica que pretenden los gobiernos europeos traigo un antídoto en la voz de Kropotkin. Podrá tacharse de inocente, crédulo, moralista e incluso pseudoreligioso, pero sus palabras me debieron de embrujar con un hechizo tan poderoso la primera vez que las escuché que regresan una y otra vez a mi mente en los momentos en los que estoy a punto de perder el rumbo. No hay otra salida posible que tomar partido. La gente “bella y sublime” está irremediablemente abocada a mojarse por lo justo. No vale la pena resistirse, pues el asunto viene a estar, como en las tragedias clásicas, regido por un fatum invencible. Además contamos con una ventaja, el enemigo desconoce esta faceta del ser humano. Incapaces de empatizar con los ciudadanos, creen que estos se rigen por su mismo patrón pragmático y resultadista. No cuentan con que el hombre, en su aspiración natural a ser feliz, necesita un mundo donde impere la justicia, y como ha demostrado a lo largo de milenios, está condenado a luchar por ella. Pero dejo que nuestro barbudo lo diga de manera mucho más acertada.

“En medio de este mar de angustia cuya marea crece en torno a ti, en medio de esa gente que muere de hambre, de esos cuerpos amontonados en las minas y esos cadáveres mutilados yaciendo a montones en las barricadas... Tú no puedes permanecer neutral; vendrás y tomarás el partido de los oprimidos, porque sabes que lo bello y lo sublime -como tú mismo- está del lado de aquellos que luchan por la luz, por la humanidad, por la justicia”

Por último llega el momento de ponerse solemne, ya que la tercera referencia clásica viene de boca institucional. Son múltiples las referencias históricas que avalan la rebelión de los pueblos frente a sus gobernantes, cuando estos han decidido apartarse del camino para el que fueron designados. Solo quiero traer aquí tres casos concretos, por cercanos en el tiempo y por defender unos valores, que son los mismos que peligran hoy en día. La primera justificación legal de la rebeldía viene de la controvertida Declaración de Independencia de los Estados Unidos de América de 1776.


“Sostenemos como evidentes estas verdades: que todos los hombres son creados iguales; que son dotados por su Creador de ciertos derechos inalienables; que entre éstos están la vida, la libertad y la búsqueda de la felicidad; que para garantizar estos derechos se instituyen entre los hombres los gobiernos, que derivan sus poderes legítimos del consentimiento de los gobernados; que cuando quiera que una forma de gobierno se haga destructora de estos principios, el pueblo tiene el derecho a reformarla o abolirla e instituir un nuevo gobierno que se funde en dichos principios, y a organizar sus poderes en la forma que a su juicio ofrecerá las mayores probabilidades de alcanzar su seguridad y felicidad.”

He advertido que se trata de un párrafo un tanto especial. Y lo es por ser el mismo que utilizan los defensores de la libertad para portar armas en aquel país. La poderosa y conservadora Asociación de Amigos de Rifle sostiene, en base a esta idea, el derecho a armarse por parte de los ciudadanos con la finalidad de vigilar al poder y de no quedar indefensos ante un posible abuso. No viene al caso entrar ahora en este debate, que daría para mucho, pero lo que literalmente quiero destacar de la Declaración es la inequívoca defensa del derecho a la rebelión frente a los dirigentes de un Estado que se aparte de la defensa de los intereses de los ciudadanos.

Una segunda referencia no tardó en llegar. Es más breve pero va más allá, pues reconoce la insurrección como derecho y como deber. Normal, porque los autores son franceses y no se andan con medias tintas. Se trata de la Declaración de los Derechos del Hombre y del Ciudadano de 1793, que en su artículo 35 afirma:


“Cuando el gobierno viola los derechos del pueblo la insurreción es para el pueblo, y para cada porción del pueblo, el más sagrado de sus derechos y el más indispensable de sus deberes.”

Y por fin, el último argumento que ampara el derecho de la sociedad civil a la rebeldía frente a sus gobiernos, lo encontramos en el preámbulo de la Declaración Universal de los Derechos Humanos redactada por la, hoy tan denostada, ONU en 1948. Aquí, la necesaria búsqueda de consenso en el contexto de la Guerra Fría, el argumento aparece menos contundente, pero de manera explícita recurre a definir la rebelión como supremo recurso. El amparo jurídico está bien cubierto.


“Considerando esencial que los derechos humanos sean protegidos por un régimen de Derecho, a fin de que el hombre no se vea compelido al supremo recurso de la rebelión contra la tiranía y la opresión.”

martes, 24 de abril de 2012

Menú del día del Restaurante El Rincón Alpino (Abuelito dime tú...)


Menú del día del Restaurante El Rincón Alpino
San Vicente de Paúl ya tiene su rinconcinto de los Alpes
La inducción de la crisis económica por parte de los mercados ha tenido una consecuencia lógica en el mundo gastronómico zaragozano. El pánico social buscado por el mundo neoconservador ha calado tanto entre emprendedores y clientes que resulta imposible encontrar una nueva propuesta que realmente sorprenda. Desde los restaurantes ya solo se ofrecen platos seguros, sin riesgo, mientras que el cliente ya no se ve capaz de soltar los escasos cuartos por una aventura gastronómica. Por eso es tan destacable la nueva iniciativa que hoy traigo aquí. En la misma calle de San Vicente de Paúl ha abierto sus puertas, nada menos que, un restaurante de especialidades alpinas. Imaginación, riesgo y coraje en tiempos oscuros. Bravo por ellos, y desde aquí un apoyo incondicional mientras continúen en la misma línea que pude apreciar un viernes de este gris abril.

Mi refugio para cuando vienen maldadas
 Para comenzar con el asunto del día he de reconocer mi ignorancia sobre temas gastronómicos helvéticos. De hecho, mi conocimiento sobre aquel país es, más o menos, el mismo que el interés que me suscita: ninguno. Las únicas referencias que tenía de él estaban basadas en los topicazos consabidos. Gran importador de capitales de oscura procedencia, aburrimiento vocacional, despreocupación histórica por todo aquello que ocurra fuera de sus fronteras, fabricantes de relojes de cierta calidad, vocación y necesidad esquiadora  y grandes consumidores de queso y chocolate.

Clásica fondeu. Queso fundido abrasador y buenos pedazos de pan
 Nada estimulante para los gustos y aficiones de un servidor, a no ser por una cosa. Un secreto inconfesable hasta hoy por miedo al ridículo. Cuatro décadas de vida relativamente digna me dan un crédito suficiente para poder reconocer intimidades ocultas. Adoro a Heidi. Y no sólo a ella, sino a todos los tiernos personajes (incluyendo a los animales) que rodean a la pequeña. Me pirro por su estética, sus combinaciones imposibles de vestuario, sus mejillas sonrosadas, y su peinado de chicazo. Cuántas veces me he visto, en momentos de bajón, habitando la cabaña sobre el monte. Me he imaginado fabricando quesos y cortando leña con el abuelo. Me he tumbado con Pedro sobre la hierba fresca, con las manos en la nuca, para ver pasar las nubes durante horas. He bebido leche recién ordeñada de las ubres de las cabras. En fin, que todos tenemos nuestros lugares de evasión particulares, y uno de los míos es éste.

Ventana redonda, símbolo de apertura al mundo y ojo que todo lo ve con claridad
Con la edad hubiera sido fácil acudir a la fuente original y haberme empapado con la novela original de la escritora suiza Johana Spyri. Si no lo he hecho nunca es por el miedo a encontrarme un mundo distinto al que nos ofreció desde el día de reyes de 1974 la serie de televisión, que llegó a España solo un año después. Treinta y ocho años cumplirá la niña protagonista de la serie, pero desde su nacimiento real en la mente de su creadora hace ya, la friolera de, ciento treinta y dos. La historia es bien sencilla. La niña Adelaida es enviada a vivir con su abuelo, apodado el Viejo de los Alpes por su carácter huraño, a una aldea de montaña. Allí entabla una gran gran amistad con un pastorcillo, Pedro, y es acogida por la madre y la abuela de éste como una parte más de la familia. El lío llega cuando la tía de Heidi decide ponerla al servicio de una rica familia de Franckfurt. Es contratada como dama de compañía de la hija inválida de la familia y bajo las directrices de una estricta institutriz, la señorita Rottenmeier, una amargada mezcla del sargento de hierro y Goebbels, que logrará amrgar a la niña hasta límites impredecibles. Pero como en las novelas de Dickens, el que es bueno lo es mucho, y el padre de Clara no solo se percata del asunto, sino que decide enviar a su hija a la aldea alpina para que respire un poco de oxígeno. Tan felices serán sus días entre los pueblerinos que la niña terminará sanando y abandonando milagrosamente su silla de ruedas. Una historia de contrastes magistrales, un mundo rural bucólico frente a la deshumanizadora sociedad industrial, una vida en plena naturaleza frente a la gris ciudad, un concepto infantil de la vida como regalo para disfrutarlo frente a unos adultos amargados por las vicisitudes de la realidad. Destacan valores como el ecologismo, la amistad o el altruismo. Convierte en verdadero tesoro la salud frente a otras muchas aspiraciones humanas como el dinero y la posición social. Por ello, sus argumentos jamás perderán actualidad. El único punto criticable del asunto es la soberana candidez y, por qué no decirlo, noñería con que se tratan las escenas y se dibujan a los personajes. Pero, personalmente, ese es un aspecto que no solo no me importa demasiado, sino que lo considero uno de sus puntos fuertes. Así que entre recuerdos de infancia y sintiéndome como el abuelito de Heidi, crucé las puertas de El Refugio Alpino libre de prejuicios y ávido por probar las propuestas que viene a renovar algo nuestra aburrida gastronomía local.

Autoritarismo de sociedades decadentes

Menú del día del Restaurante El Rincón Alpino

Local y propuestas: Lo cierto es que a quien no conociese el restaurante que ocupaba con anterioridad el mismo local no puede valorar la transformación operada. El local aparece ahora limpio, lleno de pequeños detalles acogedores y con unos servicios de mesa muy aceptables. Destaca la amplitud de espacio y las posibilidades de futuro que le da una enorme planta baja. Donde antiguamente ofrecían bocadillos bastante rancios y raciones indignas de llamarse así se ha producido una renovación brutal. El Refugio Alpino ofrece todo un repertorio de gastronomía suiza, donde destacan de manera notable todas las especialidades germanas. Racletes y fondues son el atractivo principal de la carta, pero el elenco de salchichas y carnes ahumadas y maceradas típicas de aquella cultura gastronómica es profuso y sugerente. Por ofrecer una panorámica general, destacaré en el apartado de entrantes los surtidos de quesos y embutidos, las lasañas, sopas y las ensaladas, donde destaca una de mis debilidades, la Kartoffel salat (con sus patatas, salchichas y pepinillos). El asunto continúa con media docena de fondues, donde destaca la Bourguignon (solomillo de buey con salsa de mostaza y miel, finas hierbas, alioli y chutney de mango), o si prefiere la versión raclette de patata y queso fundido (con acompañamiento de pepinillos y cebolleta) con su complemento de fiambres (Jamón curado, salami, morcilla, jamón cocido y fiambre de ternera). Siguen como especialidades seis tipos distintos de salchichas de extraordinario nivel (Brackwurst, Big red, Cabanossi, Nuremberg, Bratswurt y una original Zaragozana), todas ellas acompañadas de tres salsas, puré de patata, chucrut y como pan, un jugoso y caliente laugenbretzel). Los codillos pueden acompañarse de puré de patata y col roja con manzana, o con patatas y chucrut. En cuanto a otras posibilidades carnívoras, pues paso por alto los pescados por motivos geográficos y de espacio, son de destacar las albóndigas berlinesas, el confit de pato, el wienerschitebel, el jamón asado y el ciervo al vino tinto. Como colofón alpino el postre tiene sabor a chocolate. Son múltiples la propuestas, pero sobre todas ellas destaca la fondue de chocolate con bizcocho. El strudel con crema de vainilla sería buena elección para aquellos que no tengan la sensibilidad suficiente para enamorarse de un buen chocolate.

Amplitud y limpieza
 La carta, pues, habla por sí misma. Especialidades alemanas, francesas e italianas. Los tres ámbitos de la cordillera de los Alpes en perfecta consonancia. Si parece que me decanto más por la tendencia germana es porque las otras dos cocinas nacionales están mejor representadas en nuestra ciudad. En cambio, la gastronomía alemana es esa gran desconocida, que solo se destapa con dudoso acierto en las ferias de la cerveza que se montan una vez al año para regocijo de peñistas y panzudos cerveceros. De todos modos lo que hoy nos trae aquí es su menú del día, que se puede elegir entre la opción plato principal y postre, o entrante, principal y postre al precio de 9´95 euros (este fue el elegido para la ocasión). Así que paso a ilustrarlo con la mayor honestidad posible.

Pan y bebida: Cestillos de buen pan que se reponen sin problema acompañan el menú desde que el comensal se sienta a la mesa. Para la ocasión nos decantamos por una gran copa de cerveza de tipo alemán de lo más nutritiva. Pocas veces abandonó la Zaragozana, pero si es para catar una como esta, bien vale la pena. El acierto es que va servida a la temperatura española, bien helada, y no a la centroeuropea calenturienta.

Pan y cerveza como compañeros de travesía
Entrantes: Las dos propuestas del día consistían en una sopa de pescado o una ensalada bien amenizada con fiambre de pavo. Se destaca el aliño con buen vinagre de Módena y la presencia de tomatitos cherry, que es el mejor y más digno sustituto del tomate fuera de temporada.

Digno ejemplo de ensalada para abrir boca
Principal: Aquí la posibilidad era triple. Un salmón al papillote con verduras,  lomo adobado con patatas o una de las salchichas de la carta a elegir. Optamos por el lomo y la big red. Ambas elecciones nos parecieron muy decentes. El lomo destacaba por su punto jugoso y sabroso, algo difícil de conseguir en el cerdo. En cuanto a la salchicha, el acompañamiento era sorprendente y muy trabajado. Tres salsas (alemana, tártara y de tomate), una montañita de chucrut y otra de puré acompañaban a la enorme y gustosa salchicha. Aunque la estrella invitada del plato era el laugenbretzel, original panecillo que recordaba de mis andanzas germanas de infancia. Así que salchichas en la mejor de las compañías posibles. Estos son los detalles que me hacen augurarles un merecido éxito.

El color del lomo da una idea de su acertado punto

Puesta en escena sugerente y prometedora
Postres: Pues no todo puede ser perfecto. En un restaurante de aspiración alpina no se pueden permitir estas concesiones. Las opciones se limitaban a una tarta de nata y chocolate, el tiramisú y helado. Por supuesto demandamos los dos primeros por cotillear un poco de todo y el resultado no fue muy satisfactorio. El tiramisú resultó bastante vulgar y la tarta algo más acertada, pero con un chocolate de muy baja estopa. Quizá las expectativas fuesen muy altas, pero terminar con estas porciones ultradulces con sabor a fábrica y a nata de bote como adorno fueron las notas decepcionantes de la comida. Queda margen de mejora, y excusa para regresar a comprobarlo.

Tiramisú sin mucha personalidad, falto de café y excedente de industria

El nivel de postres mejoró con la tarta, pero no según lo esperado
Conclusión: Vale la pena acercarse a este céntrico restaurante para investigar sobre la cultura gastronómica que se cultiva en los Alpes y apreciar su variedad, bien cercana a la alemana, francesa o a la italiana. Una buena ocasión para salir de la rutina provinciana de los típicos menús y una excusa para apoyar a gente valiente y con iniciativa. El comensal saldrá siempre satisfecho, y si alcanza a experimentar  la catarsis a la que yo llegué, podrá entrar en contacto con personajes de un mundo de inocencia e infancia casi olvidado. Saludar al abuelo, a Pedro, a Copito de Nieve, a Clara, a Pichi, a Niebla y a la niña Adelaida es un privilegio que se da en contadas ocasiones. Willkommen in "El Refugio Alpino".

Los personajes me fueron asaltando, recordándome que mi lugar siempre estará junto a ellos  

viernes, 20 de abril de 2012

Arròs a banda en Casa Nuri (Delta del Ebro)


Arròs a banda en Casa Nuri (Banda sonora del Delta del Ebro)

La meta tenía forma de farolillo limonero
Sin comerlo, ni beberlo me vi ahí, en bicicleta, con el estado de conciencia alterado por culpa de dos botellas de blanco D.O. Terra Alta, pedaleando los treinta últimos kilómetros de vida de nuestro río Ebro. Por ello, más bien recomiendo no hacerlo, pero por el momento, a mí, que me quiten lo “bailao”. La historia que me llevó a tan humillante escena comenzó a golpe de determinación. Por circunstancias que no vienen al caso, me prometí a mí mismo llegar hasta la mismísima desembocadura del río, montado en una bicicleta, desde su capital, Zaragoza. Como buen aragonés de secano, la tozudez pudo más que la carencia de piernas y energías, y tras multitud de pueblos, barrancos, empinados puertos, botellas de vino y bocadillos de longaniza, ahí que me presenté. Como necesitaba un aliciente extra para insuflar oxígeno a cada pedalada, mi imaginario se iluminó con una promesa de final de ruta: comerme el mejor arroz a banda que se puede degustar en toda la costa mediterránea. Es sabido, por los iniciados, que desde hace décadas, Casa Nuri es el restaurante que ha perfeccionado esta técnica hasta límites inimaginables. Seis días después, ahí estábamos la comitiva arrocera aragonesa, dispuesta a conquistar su trofeo.
Mis recuerdos se dispararon desde la misma recepción
Mi comedor de antaño me aguardaba
Aquella última jornada vimos salir el sol en un hotelillo de Amposta, localidad situada a unos treinta kilómetros del final del recorrido. El viento nos azotó de cara durante cada uno de ellos. Ni siquiera la acogedora localidad de Deltebre nos amparó del Dios Eolo, así que sin hacer pausa alguna nos presentamos en el farolillo amarillo que señala la desembocadura del Ebro. Paramos a echar las consabidas fotos de triunfo y celebrar la proeza a golpe de cervecitas en el bar de la urbanización Riumar, que aloja el final oficial de la GR99, que es como se denomina oficialmente al Camino Natural del Ebro.
Día gris para un paisaje de ensueño
Durante todo el pedaleo de la etapa mis nervios fueron en aumento por dos motivos. El primero era la proximidad creciente del final del camino y el consiguiente arroz que acarreaba la proeza, y por otro lado la ansiedad me asaltaba porque mi memoria fue rescatando del olvido una melodía que se apoderó de mis sentidos hasta conformar la banda sonora del día. La tonadilla venía al caso por catalana, alegre, festiva y simbólica de lo que allí se estaba cociendo. Habla de amor, de compañía, de sonrisas, de abrigos, de penas y del río. Como conclusión del viaje puedo decir que perdí kilos y dignidad, pero gané conocimiento de una tierra dura y bella y una nueva amistad, la de mi Ebro. Hasta entonces era alguien que siempre estaba ahí, discurriendo bajo los zaragozanos puentes, engalanado para posar en la cutre y repetitiva foto junto a las consabidas torres del, no menos cutre, Pilar. Hoy ya representa algo más para mí. Una idea de transcurso del tiempo y el espacio. Y no hablo de ninguna nueva teoría de la Física, sino de la propia idea de porvenir. Ebro como futuro, como meta, como sentido final de quienes vivimos en sus riberas. Ilumina con reflejos nuestros sueños, se traga muchas de las angustias que nos ahogan en sus profundos pozos, acompaña nuestros días renovándolos con nuevas aguas, arremolina odios y envidias embarrándolos en su pastoso lodo y, sobre todo, nos acompaña inmutable en la vida y nos aguarda como referencia de todas nuestras huidas, que siempre terminan en un regreso a casa. Dusminguet, una banda catalana con vocación mestiza y universal, nos canta una de las claves de nuestro amor al Ebro. Generosamente se traga nuestras penas, liberándonos de muchas cadenas en un gesto redentor. Viu, viu y la pena al riu (vive, vive, y al pena al río). Una banda sonora del Delta que no vendría mal recordar en momentos de angustia.
Los alrededores de Casa Nuri urbanizados en exceso
Banda sonora del Delta de Ebro


El teu amor
és son
és mort
és dolç
és calor
és son
és abric que mata
és abric que adorm
és abric que em fon.

Ionqui d’amor sóc
el meu cos vesteix de dol
un somriure per asar la nit
demà et deixo, et deixo al llit
de la suite.

El teu amor m’adorm
emxucla, em torna enrere dins del ventre.

Ionqui d’amor sóc
para nano que això mata
que la vida no t’enganya.

Viu, viu i la pena al riu
Viu, viu i la pena al riu…

El teu amor es trist
sempre taca com la daga
el teu amor no emvol
sempre mata quan m’atrapa.

Marca de la casa.
El aspecto masiero ha desaparecido,
pero conserva el secreto de un buena cocina
Restaurante Casa Nuri

Reconozco que mi regreso al arroz a banda del Delta no comenzó como yo esperaba. Uno idealiza los recuerdos lejanos de un modo que siempre defraudan cuando tornan. Pero no creo que fuese esa la razón del mal presentimiento que sentí al volverme a plantar dos décadas después ante las puertas de Casa Nuri. Sin duda el establecimiento estaba muriendo de éxito. Aquello más parecía una feria cutre para guiris que el gran restaurante que recordaba. Tenderetes de baratijas, autobuses vomitando turistas, familias domingueras, chancleteros variados, tragaldabas con bocas acostumbradas al fiemo, decenas de camareros a la caza del cliente, ampliaciones no muy acertadas del comedor original, en fin, todo un cúmulo de despropósitos que a punto estuvo de hacerme desistir de mi idea de darme un homenaje a la salud del río. Y menos mal que no me eché atrás ante las aberraciones que veía a mi alrededor. La comida resultó de ensueño, la bebida mejor, y la esencia con la que trabajaban hace más de veinte años se conserva intacta.
Ayudó al deleite el hecho de conseguir mesa en el comedor acristalado que recordaba. En el mismo lugar donde celebraba hace siglos los acontecimientos alegres de mi familia. Muchos buenos momentos de otra época, casi de otra vida había disfrutado entre sus paredes. Me invadieron, de sopetón, todos los recuerdos que tenía atados, y bien atados, en mi endeble baúl de los recuerdos. Las bisagras saltaron oxidadas ante el empujón y volvieron a mí imágines que arrinconé, con intención, hace mucho, demasiado tiempo.
El primero de los all i oli y la primera botella de refrescante Terra Alta
Propuestas: Lo cierto es que nada en la carta tiene desperdicio, pero mi recomendación se centra en los productos típicos de la zona. El Delta destaca por sus arroces, cuyos cultivos el comensal puede disfrutar en la ruta hasta el restaurante. Otras sugerencias serían la famosa anguila, propuesta en varias versiones tradicionales, y el pato, ave autóctona de la zona. Pero si he de ser sincero, pasar por Casa Nuri ignorando el arroz a banda es un pecado imperdonable. Basta con ver los precios de la carta para que un evidente desfase nos llame la atención. Los precios de todos los platos son, en principio, moderados, y resultan, incluso, económicos a la vista de los platos sobre la mesa. Las raciones son abundantes, los productos de primera calidad y siempre frescos y el servicio muy profesional. Tres argumentos de peso a la hora de valorar los precios. Pero destaca una excepción inexplicable. Si todos los arroces rondan los diez o doce euros según sean sus ingredientes, no parece normal que el humilde a banda cueste el doble. Pero quien no conozca la tradición y decida no aventurarse se perderá la sorpresa que se esconde bajo esa denominación. El arroz a banda tradicional es una receta de arroz seco, tipo paella, que se prepara con un caldo profundo de pescado de roca muy sabroso y espinoso. Una vez preparado el caldo, se retira el pescado para cocinar con él el arroz. Se suele servir el pescado, una vez ha soltado sus fuertes sabores, separado del arroz que queda límpio en el plato y acompañado de un buen all i oli. Pues bien, esta idea se ha retorcido en Casa Nuri, ya que el arroz cocido a base de un buen caldo, no llega acompañado del insulso pescado original, sino de una enorme mariscada escrita con letras mayúsculas. Mejor pasemos a ilustrar punto por punto lo que ahí se guisó para nuestro deleite.
Embotellada para la casa con una dignidad y precio increibles

Web de la D.O.: http://www.doterraalta.com/#/home
Entrante: Si se va a optar por el a banda, lo mejor es no pedir ningún entrante. No sólo no es necesario, sino que es casi contraproducente, porque a una persona de capacidad engullidora normal le costará terminar todo. Y es una pena ver llevarse el arroz de la mesa por no poder acabarlo. Lógicamente a nosotros no nos pasó, pues hay tragaderas para eso y mucho más. De algo tiene que servir el disciplinado entrenamiento en comilonas y ágapes variados que seguimos desde hace años. Sabedores de nuestra gran capacidad estomacal y por aquello de amenizar la espera, solicitamos unos excelentísimos chipironcitos con alcachofas que siempre guardaremos en nuestro corazoncito. Un acierto tremendo por lo original de la combinación y por un toque picantón muy osado y agradable. La aceitosa salsa y la tierna miga del pan pusieron el colofón a la propuesta.
Todavía sueño con hacer submarinos de esponjoso pan en esa salsa
Arroz a banda: Y sin más distracciones llega la hora del arroz más grande. La madre de todos los arroces secos, a banda. El orden de servicio es el lógico. En primer lugar la gran bandeja de marisco y pescado, que durará en la mesa el tiempo suficiente para preparar el arroz. Resulta obvio, que el caldo con el que se prepara el arroz no proviene de la cocción de estos manjares, que sepresentan bien enharinados y con el punto justo de plancha para que no pierdan su sabor. Un truco para simular la idea original, que se agradece, pues cambiar una montaña de pescados ya exprimidos por una colosal mariscada es algo de agradecer. Preparándose el arroz, transcurrirán veinte minutos de demora en los cuales se sucederán gambas, cigalas, almejas, mejillones, doradas, lubinas, anguilas, salmonetes y unas curiosas patatas hervidas en el mismo caldo y empapadas hasta su corazón de toda la sustancia de pescados y mariscos. Todo ello acompañado por largas tiras de pimiento rojo y una salsa marinera con tomate muy espesa, que sustituye a una posible romesco que ya hubiese sido el acabose.

Tras la entretenida tripada llega la hora de la verdad. En una paella, como debe hacerse, llega a la mesa el arroz, que será soltado ante la vista del comensal y repartido en raciones generosas. La cantidad parece inabarcable, pues tras un primer plato por barba, quedaba en la paella otro tanto al que darle matarile. Hoy confesamos que pudimos con todo, pero la verdad es que no sé cómo. Lo que a buen seguro ayudó a la proeza fue el dignísimo vino de la casa y la doble ración de all i oli que nos acompañó. Aunque estábamos a punto de reventar, fuimos capaces de distinguir en el arroz, lo mejor de toda la comida. Presentaba un  punto ideal, ligeramente al dente, pero con la cocción suficiente para empaparse del sabroso caldo de pescado. La facilidad con la que se come un arroz desnudo de tropezones es inmensa y peligrosa. Sin darse cuenta, uno está finiquitando el segundo plato repleto de dorados granos. El vino blanco, elaborado con su tradicional garnacha blanca, de Terra Alta ayuda a pasar cada embestida de arroz, y limpia el paladar para volver a apreciar la siguiente. Un excesivamente suave (no se puede ser perfecto) all i oli revuelto entre los granos les aporta una cremosidad que envidiaría cualquier vulgar risotto italiano.
Interminable, generosa, sabrosa y opulenta mariscada de acompañamiento del arroz

Humildad, el mayor tesoro del más sabroso de los arroces
(Dos de éstos por barba, sin concesiones a la moderación, dan fe de ello)
Postre: Lo cierto es que me da vergüenza reconocer que pedimos postre, pero tenemos la mala costumbre de terminar siempre con una crema catalana cuando acudimos a un restaurante de esta tierra. Lo contrario sería perder una oportunidad de oro. Ante la mira de asombro de los camareros y de los comensales de las mesas de al lado nos comimos golosamente las cremas acompañadas de un café bien cargado. Terminar con dulce un festín es obligación de toda persona digna de considerarse tal.
Pena de la triste nata de bote.
No era necesario disimular nada, la crema era decente.
Regreso a casa: Perdida la dignidad, la vergüenza y el equilibrio, decidimos pagar y salir del restaurante con la misión de encontrar en los tenderetes, junto al embarcadero, el souvenir más horrible que pudiéramos encontrar. Si se trata de ser cutre, hay que serlo a lo grande. Un termómetro de mercurio engarzado en un ancla marinera de resina y dos ceniceros fueron los elegidos. Los treinta kilómetros de regreso a Amposta los pedaleamos entre efluvios de Terra Alta y viento favorable. No me recrearé en la siesta, ni en el paseo nocturno por la localidad con visita a su centenario puente incluida, ni la improvisada e informal cena que fuimos capaces de meternos, ya en la hora del copeo, a base de patatas bravas y jalapeños rellenos de Cheddar. El brindis de gin tónic y cava estaba cantado “genios y figuras hasta la sepultura”, y aquel día casi llegamos, casi llegamos…

No lo contéis a nadie: paseito nocturno por el puente con senyera al vent, ...
..., jalapeños rellenos de queso fundido con cerveza Moritz y gin tónic, ...
...y una papas bravas con cava catalá y repetición coctelera.
Cenita ligera pero necesaria para unos esteparios aragoneses
Y hoy me encuentro aquí, con un sindrome de abstinencia brutal causado por mi nueva y dulce adicción. Viene desde tierras lejanas en forma de río, y cuando me separo de él me deja como un yonqui. Como un yonqui de amor...